Al inicio de la clase en 2º de ESO, el profesor explica que una
de las noticias del telediario ha contado que el día que Antonio Machado murió
se encontraron en el bolsillo de su chaqueta unos versos manuscritos.
Los versos, que el docente escribió en la pizarra para que
los copiaran los alumnos, decían así:
Estos
días azules
y este
sol de infancia
Como actividad para casa se propuso que utilizaran los
versos para escribir un poema de su invención. La única indicación que se les
dio era que estos versos podían ir al principio, en medio o al final del poema.
Que tenían total libertad para colocarlos donde quisieran.
En 2º de la ESO la falta de concreción en las instrucciones
a seguir para redactar el poema generó mucha inquietud. Su insistencia sobre el
número de versos, hizo que el profesor
fijara en 8 versos (dos estrofas) la extensión mínima del poema. Los alumnos “se
agarraron a un clavo ardiendo” y la mayoría solo escribió dos estrofas, escritas con poca
gracia y salero.
Excepto un par de casos sobresalientes, la actividad tuvo un
resultado desigual y bastante pobre. El profesor pidió permiso a los alumnos
para leer sus poemas en voz alta en clase. Apenas un tercio quiso. Con la
lectura en voz alta pudimos evaluar el resultado más bien flojo.
Creo que en esta actividad faltó una mayor concreción en
cómo llevar a cabo la redacción del
paema, ya que a muchos estudiantes esos dos versos no les inspiraba nada en
particular. Como actividad previa yo hubiera hecho una actividad colectiva, en gran
asamblea, que podría haber consistido en que dijeran qué les sugiere un cielo
azul, y qué quiere decir un sol de infancia, y qué es la infancia. Que pensaran
sobre eso antes de escribir el poema.
Yo hubiera aprovechado la presentación de los dos versos para
hacer una pequeña reseña sobre quién fue Antonio Machado y su obra poética. Aunque en 2º de ESO no tengan
específicamente literatura, siempre viene bien que les vaya sonando los nombres
de los grandes escritores españoles.
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